LAS FISURAS EN LA FACHADA

La fisuración, una de las patologías más frecuentes en las fachadas, consistente  en la rotura de elementos del acabado superficial de la fachada además de resultar estéticamente indeseable puede llegar a comprometer la durabilidad de los soportes sobre los que se asienta el material de acabado de la fachada comprometiendo la seguridad de toda la comunidad de propietarios.  Una pequeña fisura en la fachada puede, por efecto de diversos factores,  evolucionar hasta convertirse en una grieta que afecte a toda la estructura de la comunidad de propietarios.

La diferencia entre una fisura y una grieta reside en el grosor, de modo que cualquier hendidura o abertura  longitudinal que aparezca en la fachada y que tenga un ancho mayor de 1 mm tendrá la consideración de grieta, mientras que si el espesor es de menos de 1mm será considerada como fisura.

Las principales causas por las que aparecen fisuras en las fachadas son el movimiento estructural del edificio y la rigidez del revestimiento incapaz de absorber este movimiento, produciéndose la rotura; en todo caso la aparición de fisuras o grietas en la fachada requiere que se realice una rehabilitación de la misma puesto que fisuras y grietas constituyen puntos débiles que pueden ser atravesados por el agua con la consiguiente posible aparición de nuevas patologías que requieran una rehabilitación de la fachada de la comunidad más costosa

En la rehabilitación de fachadas con fisuras hay que distinguir entre distintos tipos de fisuras:

1. Las fisuras de retracción debidas principalmente a cambios bruscos de temperatura o por exceso de cemento en la mezcla realizada  que provocan la retracción del mortero. Aparecen generalmente en forma de “mapa”.
2. Las fisuras vivas: su causa es la diferencia de coeficientes de dilatación entre los distintos materiales que componen la obra y habitualmente se presentan en forma de líneas rectas siguiendo la estructura del edificio.
3. Las fisuras o grietas de asentamiento de la edificación son síntoma de problemas de cimentación y/o cargas, además de ser puntos evidentes por los que la humedad entra en el soporte comprometiendo su estabilidad.
4. Las grietas en cantos de forjado, fundamentalmente en balcones y cubiertas, tienen su origen en el  empuje de la solera contra el murete perimetral. Habitualmente tienen forma horizontal, coinciden con las soleras de los balcones, terrazas y cubiertas de la fachada.

La rehabilitación de fachadas con fisuras requiere conocer y determinar previamente con exactitud el tipo de fisuras que afectan a la fachada, el origen de las mismas  (errores de cálculo, deficiencias de los materiales de construcción, fallos en los sistemas constructivos…) y su alcance, valorándose hasta qué punto afectan a la integridad estructural de la comunidad de propietarios para poder realizar los trabajos de rehabilitación de la fachada adecuados para cada caso.

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